El Circo es un espectáculo que
atrae a grandes y a pequeños y en él se combina la magia de la función con el
propio espíritu aventurero de los protagonistas. El montaje de las carpas, los
animales, las estruendosas bandas de viento, todo se une para crear una
atmósfera incomparable.
El circo, tal y como lo conocemos,
apareció por primera vez en Gran Bretaña en 1770, y en el siglo siguiente la
actividad circense se extendió a gran número de países. Siempre ha sido una
forma clásica de diversión; la palabra "circo" proviene del latín
"circus" y designaba el escenario romano donde se originaron muchas
de las actuaciones que pueden verse hoy en día en una función circense.
Las producciones artísticas
circenses han ido acrecentando un legado histórico-cultural que permite extraer
contenidos adaptables a un objetivo educativo, al igual que lo hacen
manifestaciones artísticas corporales con sustrato corporal (teatro gestual,
danza, mimo).
Los antiguos saltimbanquis,
juglares y magos fueron los precursores de los artistas de circo actuales y
muchos de sus números y creaciones forman parte de la mayor tradición circense.
A diferencia de otras épocas en las que predominaban los números con animales
como la doma, con objetos como el ilusionismo o propuestas exhibicionistas como
malformaciones, actualmente el circo se completa de maravillosas temáticas como
malabaristas imposibles, trapecistas, payasos y muchas más actuaciones con
distintos personajes que confiere un mundo de ilusiones tanto en niños como en
adultos.
Al aumentar los aspectos de teatralidad y la incorporación del simbolismo de la danza el circo se acerca al campo de la expresión a través del cuerpo mucho más que en sus inicios.