lunes, 7 de mayo de 2018

Introducción


El Circo es un espectáculo que atrae a grandes y a pequeños y en él se combina la magia de la función con el propio espíritu aventurero de los protagonistas. El montaje de las carpas, los animales, las estruendosas bandas de viento, todo se une para crear una atmósfera incomparable.


El circo, tal y como lo conocemos, apareció por primera vez en Gran Bretaña en 1770, y en el siglo siguiente la actividad circense se extendió a gran número de países. Siempre ha sido una forma clásica de diversión; la palabra "circo" proviene del latín "circus" y designaba el escenario romano donde se originaron muchas de las actuaciones que pueden verse hoy en día en una función circense.

Las producciones artísticas circenses han ido acrecentando un legado histórico-cultural que permite extraer contenidos adaptables a un objetivo educativo, al igual que lo hacen manifestaciones artísticas corporales con sustrato corporal (teatro gestual, danza, mimo).

Los antiguos saltimbanquis, juglares y magos fueron los precursores de los artistas de circo actuales y muchos de sus números y creaciones forman parte de la mayor tradición circense. A diferencia de otras épocas en las que predominaban los números con animales como la doma, con objetos como el ilusionismo o propuestas exhibicionistas como malformaciones, actualmente el circo se completa de maravillosas temáticas como malabaristas imposibles, trapecistas, payasos y muchas más actuaciones con distintos personajes que confiere un mundo de ilusiones tanto en niños como en adultos.

Al aumentar  los aspectos de teatralidad y la incorporación del simbolismo de la danza el circo se acerca al campo de la expresión a través del cuerpo mucho más que en sus inicios.